Sopocachi un barrio de película
Una extraordinaria iniciativa ciudadana ha surgido en un emblemático barrio paceño. Organizado por la Fundación Flavio Machicado Viscarra, la Fundación Simón I. Patiño y la Organización Cultural Sopocachi.org, el proyecto Tras la memoria del barrio de Sopocachi pretende recuperar del pasado aquellos recuerdos fotográficos que completan la historia de esta tradicional zona de La Paz.
Sopocachi es algo más que un espacio urbano, es más bien una incubadora de ideas, de propuestas, es un lugar donde se ha tenido el tiempo de pensar en la gestación de muchos proyectos de trascendencia nacional. Este barrio ha sido habitado por hombres y mujeres que, coqueteando con el arte, han impregnado el espíritu de Sopocachi con su magia. Aquí vivieron artistas, quienes han sabido hacer su obra con Sopocachi.
Uno de los espacios cinematográficos más importantes de La Paz se encuentra precisamente en Sopocachi. El Montículo ha sido escenario de muchas producciones. Los años dorados del Movimiento del Nuevo Cine y Video Boliviano tienen a Sopocachi como una de sus más importantes locaciones entre las décadas de 1980 y 1990. Recordar también la escena del robo en Los hijos del último jardín (Jorge Sanjinés, 2002), o ya en el campo del video, De lo que avino a Don Quijote en la ciudad de La Paz (Jean Claude Eiffel, 1989), solo para mencionar algunas filmaciones.
1905. El Montículo – Sopocachi
La preciosa excusa que encontramos con la convocatoria que hacen quienes organizan Tras la memoria del barrio de Sopocachi es la de poder organizar un catálogo en el que se encuentren aquellas producciones audiovisuales y cinematográficas que tienen como locación a Sopocachi. O como en el caso, por ejemplo, de la película PsicoUrbano (Daniel Suárez, 2006), que fue rodada en una casa de la avenida Ecuador, podemos señalar que ahí se hizo un filme.
Más allá de lo que se ve, también existen las historias que están detrás de las películas, y Sopocachi está sembrada de éstas. La primera cinta argumental de nuestra cinematografía fue realizada por el italiano Pedro Sambarino y su productora Bolivia Film, de acuerdo con datos que brinda Alfonso Gumucio Dagrón en su libro Historia del cine boliviano (Los amigos del libro, 1982), fue en Sopocachi que se instaló el “Taller” de Sambarino, que “comprendía un tanque de revelado, cubetas, bastidores, una copiadora de positivos y según parece varias filmadoras”. Hay que pensar entonces en Sopocachi también como el lugar donde se hizo cine.
Como otra anécdota está aquello que figura en el libro de Juan Peñaranda Minchín, Memorias: una crónica vivida de Bolivia, 1902 – 1957 (Talleres CBA, 2000), quien recuerda: “Un día bajando por la avenida Arce, poco antes de la hora de almuerzo, con el buen amigo y vecino Luis Canelas, comentando las nada buenas noticias provenientes del Chaco, cuando nos encontramos con un joven cochabambino aproximadamente de nuestra edad, apellidado Vila, a quien todos conocían como ‘el disimula Vilita’, mote con el que recordaba unan anécdota que no le hacía mucha gracia. Fue Vila quien tuvo la iniciativa al proponer: ‘¿Por qué no filmamos la campaña del Chaco?’”. Peñaranda Minchín está hablando de cómo surgió la idea de hacer la película La campaña del Chaco (1933), pero también está escribiendo sobre el barrio que ahora nos convoca.
Fue en una casa de Sopocachi que en 1989 Mario Fonseca, nieto de José María Velasco Maidana, encontró un baúl donde se ubicaron muchos rollos filmados por su abuelo, y entre este material se halló la copia de nitrato de Wara Wara.
Si uno se pone a pensar, y recupera de entre los recuerdos todas aquellas referencias que existen sobre Sopocachi en el cine, no solo como material filmado, sino como las historias propias de las producciones o los hechos que las provocaron, se podría pensar en este “barrio de película”. Por ahora queda acompañar la iniciativa de Tras la memoria del barrio de Sopocachi, un gran proyecto que cree y crece, y con el que se tiene como ciudadanía una responsabilidad de permitir que no se pierda más de lo que hemos perdido, todo esto a favor de la memoria colectiva, y de la constitución de las identidades locales.
Claudio Sánchez: Encargado de Programación, Distribución y Exhibición Fundación Cinemateca Boliviana | +info: www.cinemascine.org
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